El muchacho neurótico y multipolar.
Las ideas inconexas, las frases que sobran, las
palabras pomposas: la pretensión, yo y mi gran carota entre líneas, el
egocentrismo expresándose independiente de mi. El mal uso de los signos de puntuación,
una cachetada a la forma, al estilo, ínfulas de poeta maldito, delirios de
escritor, ser aficionado y autodidacta o sea ser un bueno para nada. La emulación
grosera de los ídolos, creer que se tiene el talento y a la vez dudarlo. La
neurosis a flor de piel a flor de la hoja en blanco. Las lecturas de parcela, el
lector frustrado. De repente un pensamiento y zaz! un bloqueo de creatividad. Tener
ideas muy buenas pero no tener la suficiente autoestima para llevarlas a cabo,
el miedo, el asco y luego de eso una mueca de terror. No encontrar en ningún lado
un espejo digno en donde reflejarte, esperando ese golpe de suerte, esperando ese
conecte con la realidad – por esa idea tonta de que allí se encuentra la creatividad-
y no poder lograrlo. Sentir que tienes algo bueno que escribir y ver como se
aleja o se esconde, como huyendo de ti, otra vez el bloqueo de creatividad,
otra vez mi mente (ego) pensando independiente de mí. Escribir y escribir sobre
nada, para nadie, solo porque no sabes hacer otra cosa ni siquiera eso,
escribir algo y después borrarlo por el que dirán. Estar constantemente editando los escritos, la obsesión.
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